"Los amos, de edades, tipos y colores diferentes venían con los perros de mejor ralea de sus traíllas, tan variopintos como sus dueños, formando reatas, como caballerías, si traían más de dos. Adem los recibía en la entrada y cada cual se acomodaba como mejor le parecía, probando exquisitos bocados y apurando vinos hasta que su anfitrión se uniese a ellos.
Los señores exhibían a sus esclavos, en condición de siervos o perros, mirando unos los de los otros e intercambiando opiniones sobre las diferentes artes de doma y sometimiento."
Si pinchas la fotografía o el link de la columna a tu derecha puedes leer el capítulo 14
de esta historia escrita por el Maestro Andreas
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