El Amo está a punto de soltar un gran lechazo orgásmico,
sus perros esperan expectantes el derrame de ese elixir.
Habrá leche para todos, los chorros bañaran sus caras
y los animales se desesperarán por alcanzar con la lengua las gotas,
y el toque sádico lo ponen los bozales que les dificultan la tarea.
Pero el Amo tiene la última palabra, y una de sus mascotas será favorecida
porque ha soportado mejor la sesión, o por simple capricho
tendrá el privilegio de quedarse con la mejor ración y el honor de limpiarle la verga.
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