"El amo se tumbó de frente abriendo sus piernas y le dijo a Raúl que le lamiese el cuerpo desde los pies a la cintura y a Dani que fuese al contrario bajando desde la cabeza hasta encontrarse con su compañero a la altura del ombligo.
Raúl había aprendido el papel de mamón y casi chupaba los dedos y las plantas del pie tan bien como Dani y cuando pasaba la punta de la lengua por las piernas y muslos de su amo, el vello se levantaba como buscando aún más placer."
Si pinchas la imágen puedes entrar a leer el capítulo 20 de esta historia del Maestro Andreas
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