Mientras busca con su mirada estúpida al Macho a quién ofrecerle la raja humedecida del culo,
con la babosa polla agarrotada por la calentura, el perro demuestra su excitación.
Tiene suerte esa noche, el dueño de una verga poderosa lo empalará después de encadenarlo.
Pero antes que nada le ha obligado a encerrar la polla en un cuero bien estrecho.
Como buena perra que es, nada de acabar como macho,
tendrá que correrse por el culo/coño y dar las gracias por el buen trato.
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