"Un tío con pinta de asqueroso se le acercó, profiriendo insultos y freses ofensivas hacia Manuel, y le cogió la cabeza intentando meterle la polla por la boca, pero el cachorro se resistió a abrirla y el fulano aquel le arreó un par de hostias en la cara que lo dejó aturdido y logró metérsela .Pero Geis, rabioso, le dio un mordisco terrible y acto seguido le rompió la boca a puñetazos.
El perrillo medio grogui fue colgado por las muñecas, sin tocar el suelo, y el jodido cabrón de amo aficionado, le pintó el cuerpo de grana con toda la corte cardenalicia papal, hasta dejarlo como un nazareno después de la flagelación. A partir de aquí, Geis ya sólo tenía vagas imágenes y un sin fin de sensaciones incoherentes."
Si pinchas la fotografía o el link de la columna a tu derecha puedes leer el capítulo 30 de esta historia escrita por el Maestro Andreas
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