Beber, alimentarse y disfrutar de la Verga de su Amo nunca deberá ser gratis para el perro.
Si no es un premio que se le otorga por un esfuerzo, tarea previamente realizada o entereza al soportar una disciplina,
el placer obtenido adorando el Falo de su Señor deberá pagarlo luego con dolor o humillación.