Esta disciplina inglesa que consistente en el acto de azotarle culo al sumiso
busca la la excitación sexual y la gratificación de una o ambas partes.
Puede ir desde un simple juego hasta una medida de corrección y castigo.
La tradicional y primaria, que recuerda las relaciones de subordinación del hijo al padre,
implica el uso de la mano para dar nalgadas.
Las variantes son muchas y se aplican una gran diversidad de elementos.
A la mayoría de los sumisos les excita sentir el culo ardiendo,
especialmente cuando intuyen que se trata del prólogo para una follada salvaje.
Y como luce ese culito rojo cuando el cachorro es obligado hacer lagartijas!
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