No debiera sorprenderse el puto calienta pollas cuando, tras negarle su ojete a un Macho,
el Dominante irritado y cachondo lo maltrate con rudeza.
Cansado de jugueteos y provocaciones, un mediodía a pleno sol,
con la sangre hirviendo por el calor y el cachondeo, el Macho finalmente lo someterá.
A pesar de las protestas y las quejas el puto perro no puede ocultar la excitación que le causa la inminente violación.
Un boquete bien abierto y una corrida sin tocarse son testigos que la perra a pesar del dolor no lo ha pasado tan mal.
Y mucho menos su Macho que ya está dispuesto a repetir la follada.
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