Algunos récords hablan de hombres entrenados que han soportado alrededor de quince minutos sumergidos sin respirar.
Comentan que antes de afrontar esas increíbles hazañas físicas
los atletas han realizado una serie de ejercicios de hiperventilación y concentración yogui.
Muy distinta es la experiencia del esclavo que siendo juguete de su Amo
consigue tomar un poco de aire cada vez que caprichosamente se afloja la cadena que lo sujeta al fondo de la piscina.
Ilustración de Rwandew
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