20/8/12

Soldado / El juego

"Los amos aceptaron la propuesta de José, desenjaularon los penes de sus esclavos y comenzó el torneo. 
Pensaron que lo primero sería colgar a los dos esclavos que iban a disfrutar las caricias de la vara de mimbre, pero no era lo más conveniente azotarlos al mismo tiempo, ya que los espectadores podrían centrar su atención más en uno que en otro y perderse parte del espectáculo. 
A parte se pretendía con ello que los demás esclavos se cagaran de miedo viendo el castigo y oyendo los gritos de los azotados, porque se decidió no taparles la boca con mordazas para que el acto tuviese un sonido más real y completo. 
Y si se les zurraba al mismo tiempo, el resto de los putos esclavos no pasarían dos veces el mismo terror. 
Por eso, sin duda, era mejor por turno y de ese modo los amos no se perderían detalle de los espasmos y gestos de ninguno de los breados, ni se les evitaba a los perros que lo presenciasen hacerse caca dos veces, asustados por si a alguno de ellos lo sumaban al número para zurrarlo vivo por todas partes. 
Un castigo si no es ejemplar, sólo significa un sufrimiento inútil para que otros aprendan a comportarse y satisfacer a sus amos."

 
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