"... Luego apareció el amo y me trató de otra manera... Me cuidó y me dio cariño. Después me enseñó como se folla un culo con una cacho verga que quita la respiración cuando te la hace tragar por la boca y comprendí que ese era un hombre de verdad. Un macho. El tipo con lo que siempre había soñado casi desde niño. Ser poseído por un cabrón que me destrozase las tripas y me partiese en dos dándome por el culo sin parar, arreándome hostias y llamándome puta zorra, hasta lograr que me arrastre tras él, suplicándole más y más, para poder saciar el vicio y la desazón que llevo dentro y que sólo se calma cuando el dolor físico que sufro, junto al placer del que me usa, me vuelve loco de gozo y no puedo explicarte hasta que punto puedo llegar a disfrutar cuanto más bestia y salvaje sea el amo conmigo...Me embotan los sentidos las punzadas agudas que mis nervios me mandan a la cabeza y mi olfato ayuda a que me corra de gusto respirando el cuerpo de mi amo... Sólo oírlo ordenarme alguna cosa hace que moje los calzoncillos por delante y por detrás..."
Si pinchas la imagen puedes entrar a leer el capítulo 29 de esta historia del Maestro Andreas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario