Primero le llenas la boca con tus medias sudadas.
Luego se la sellas con una cinta de embalar dándole varias vueltas.
Tienes que ajustar la cinta con fuerza para inmovilizarle las mandíbulas.
Ya lo tienes listo; puedes ir anticipándole que torturas le tienes preparadas.
Y si ahora quiere pedir auxilio, pues que grite; o que llame a su abuelita...
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