30/7/13

El Conde Feroz Tercera Parte Capítulo LXXVIII


"El rubicundo mozo colocó una mano de Ubay sobre uno de sus muslos, casi a la altura de su suculenta polla, ya morcillona y avanzando hacia la erección, y puso su fuerte diestra sobre ella sin apretarla ni presionarla pero con la suficiente contundencia para dejar constancia de su contacto y del calor de la sangre que se encendía en las venas del joven esclavo y caballero.
Ubay sintió la fuerza de Sergo sobre el dorso de su mano y dejó que su imaginación volase hacia unos días atrás tan sólo cuando se encontraba en un lecho de almohadones de seda junto a su amante, al que veía tan vivo como entonces.
Pronto el olor del sexo de Iñigo y la consistencia que adquiría su verga por momentos, hicieron que, sin contar con su voluntad ni su consentimiento previo, el pene de Ubay se endureciese y comenzase a latir entre sus piernas llegándole el cosquilleo hasta el orificio del culo.
Los dos esclavos del conde se dieron cuenta de ello y sonrieron sin malicia pero ese detalle les dio pie para intensificar las cariñosas atenciones hacia el cautivo y Sergo apretó contra su excitado cipote la mano del rapaz para ver si éste la retiraba o hacía la intención de evitar un tocamiento tan directo y claro sobre sus partes.
 Sin embargo, Ubay no hizo nada y dejó que la palma de su mano presionase la carne rígida del miembro viril del fornido y apuesto joven que se encargaba de su custodia de día y de noche. 
 Y creció su pene aún más y los latidos casi eran espasmos nerviosos que anunciaban la pérdida de líquido seminal por el meato de su redondeado y jugoso glande."


Para leer el septuagésimo octavo capítulo de la tercera parte de esta saga pincha la imagen.
"El Conde Feroz" es una historia escrita por el Maestro Andreas y está ambientada en la España cristiana y mora del siglo XIII

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