26/7/13

El Conde Feroz Tercera Parte Capítulo LXXVII


“La madre que parió a esta criatura! Será posible que tenga que ver algo así y no comerlo a besos mientras le dejo el culo como una estera desfondada! Por qué puto carajo habré dicho que no dejaría que nadie le hiciese daño a este chaval! Bueno, también es verdad que yo soy diferente al resto, pues para eso soy el amo. Y follarlo no es hacerle daño, sino hacer que goce como una puta perra y no sería raro que tuviese ya ganas de macho. Pero yo sé lo que le prometí a este otro cabrón que me absorbe el seso y me hace decir cosas que ni pienso ni deseo cumplir. Y eso implica no tocar a este precioso pastel si no se presta voluntariamente a ser comido. Y cómo podría lograr que se sirviera el solito en mi plato y se aderezase y ofreciese voluntariamente para hincarle el diente? Qué manera más estúpida de complicarme la vida con algo que puedo coger sin problemas, pues me he ganado el derecho a usarlo como quiera, ya que es mío por botín de guerra. Pero tuvo que ponerse tierno y caritativo mi amado puto y mi corazón se enterneció al verlo llorar con cara mustia. Y eso me desarma y me desazona de tal modo que pierdo el norte y hasta olvido que el amo soy yo y él sólo es mi jodido esclavo, por más que otros quieran verlo como un príncipe. Pero mi adorado mancebo va a pagar esta calentura que me provoca esta otra maravilla y le voy a meter la verga hasta sacársela por el ombligo. Precioso príncipe, te vas a enterar de cuales son las consecuencias de provocar y encender la lujuria de un macho que tiene los cojones cargados de leche!” 


Para leer el septuagésimo séptimo capítulo de la tercera parte de esta saga pincha la imagen. 
"El Conde Feroz" es una historia escrita por el Maestro Andreas y está ambientada en la España cristiana y mora del siglo XIII

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