En muchas sociedades, el paso de la condición infantil a la adulta se vehícula mediante un rito de paso, la iniciación.
La humillación cruel se asocia a la eliminación de cualquier rasgo de femineidad
y a la separación brutal del mundo maternal de la sensibilidad y los afectos.
La humillación cruel se asocia a la eliminación de cualquier rasgo de femineidad
y a la separación brutal del mundo maternal de la sensibilidad y los afectos.
En los ritos de iniciación de las fraternidades universitarias generalmente la masculinidad es puesta a prueba de manera reiterada
y se accede a ella a través de dolor, renuncia y sufrimiento, físico o psíquico.
Ejemplos extremados de los sangrientos rituales de iniciación de determinadas tribus
tienen su réplica "civilizada" en escuelas, ejércitos
y equipos deportivos.
Las novatadas forman parte de estos ritos de iniciación y socialización donde toda diferencia o singularidad es reprimida o castigada.
Hay muchas conexiones entre los espacios y ritos viriles de la pandilla, la escuela, el ejército y la cárcel,
espacios de resocialización del macho, de purga de cualquier sentimiento o valor femenino.
La homofobia es también característica de estos espacios hipervirilizados,
donde el homoerotismo sublimado y la crueldad hacia el "marica" conviven con sospechosa armonía.
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