14/6/13

El Conde Feroz Tercera Parte Capítulo LXVII


"El mancebo apretó lo bastante para romper la resistencia del ano y entró la punta del pene de marfil, haciendo que el chico contrajese y apretase las nalgas, tensando todos los músculos de su cuerpo. 
Guzmán no retiró el falo, pero tampoco forzó para que se metiese más adentro, y se acostó junto a Ariel para besarlo en la oreja y decirle con voz muy suave que se relajase y abriese el agujero del culo aflojando las cachas que mantenía prietas como si fueses de pedernal. 
El aprendiz buscó la boca del mancebo y la besó con ansia y éste aprovechó el momento para empujar el duro pene hasta el fondo del recto del chaval, que gruñó y se estremeció y tembló al notar ese agudo puntazo en sus tripas, pero sin hacer nada para rechazarlo y expulsarlo de su cuerpo, admitiendo aquel cuerpo extraño como algo necesario para complacer a su nuevo señor. 
 Y Guzmán le acarició la mejilla con más besos y le dijo: “Tranquilo, que pronto sentirás gusto ahí adentro. Y cuando sientas latir dentro de ti la verga del amo, viva y ardiente, creerás estar en el cielo y gozarás con él de su orgasmo que llenará tu vientre de alegría. Abre bien el ojete que voy a mover esta polla inerte en tu recto para enseñarte como debes contraer las caderas y el ano para darle más gusto a nuestro amo cuando te use y te de por el culo... Así, Ariel. Deja que de momento entre y salga suavemente que más tarde comprobarás como te da más gusto al moverla con rapidez y clavándotela con fuerza en el culo”. 
Y poco a poco lo fue follando y el chico se entregó con la docilidad de una cierva y gimió como una hembra en celo, pero se corrió pronto como un potro inexperto al que no le da tiempo hacerlo dentro de la yegua."
 

Para leer el sexagésimo septimo capítulo de la tercera parte de esta saga pincha la imagen. 
"El Conde Feroz" es una historia escrita por el Maestro Andreas y está ambientada en la España cristiana y mora del siglo XIII

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