He mirado en tu corazón y en tu mente y he visto claramente tus deseos y pasiones.
Has dejado fuera tus temores e inhibiciones, me has hablado de las necesidades de tu cuerpo y de tu corazón,
me has dado total acceso a tu alma y yo acepto esa responsabilidad y ese honor.
Tengo la fuerza del cuerpo y la mente y la necesidad instintiva para protegerte poseerte y defenderte.
Tu confianza en mí, me da coraje y me guía, tu fuerza dispersa mis dudas,
Somos mitades de un todo, nos complementamos el uno al otro.
Mi deseo de dominación es instintivo, mi deseo no debe degradarte,
Te quiero seguro, fuerte y orgulloso,
no te sometes como aceptación de inferioridad, si no por la fuerza y la pasión de entrega que hay en ti,
Sé que te entregas porque he ganado tu confianza,
porque te he abierto mi corazón y mi alma,
porque he escuchado tus palabras, con el oído y el corazón,
Y porque soy digno a tus ojos, me has dado el mayor tesoro, el dominio sobre ti.
Lo que me has dado es puro, es natural, es el obsequio más hermoso que se puede dar a un hombre,
me has dado la certeza inquebrantable de tu compromiso hacia mí,
tu entrega es un obsequio y una responsabilidad sagrada.
Entiendo el valor y la pureza de este regalo, lo reconozco en tu cuerpo y en tu alma, en tu corazón y en tu mente.
Te domino porque lo has permitido, te domino porque cuando te arrodillas ante mí es por propia voluntad.
En mi mente y en mi corazón te elevas por encima de cualquiera,
porque lo que me ofreces libremente no puede comprarse ni tomarse por la fuerza.
Eres mi esclavo, no eres ni débil ni inferior por ello.
Eres un tesoro a quien cuidar, y yo porque te quiero te domino.
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