"...el conde le apremió para que no se entretuviese en contemplaciones de culos y anduviesen todos más ligeros, que no tenían mucho tiempo para ponerse en marcha, ya fuese para atacar o escapar del interior de aquellos muros. El también se había fijado en más de un chico entre los secuestrados y comprobó personalmente el estado de sus espaldas y nalgas tras ser flagelados. Pero lo cierto es que solamente estaban enrojecidos, pero sin llegar a tener levantada la piel ni marcas de sangre. Los habían azotado con un látigo de nueve colas de cuero y pusieron bastante cuidado de no lastimar seriamente sus cuerpos. Posiblemente por razones crematísticas nada más, ya que la benevolencia o piedad en sus captores no era imaginable y era ganado de primera para no estropearlo. De cualquier forma, no estaban dañados ni la zurra les impediría moverse con agilidad y pelear si era preciso. Constituían un rebaño de calidad insuperable todos ellos, además de ser fuertes y sanos. Y eso era una notable ventaja para contar con todos e intentar evadirse de la fortaleza."
Para leer el Capítulo 46 de la segunda parte de esta saga pincha la imagen.
"El Conde Feroz" es una historia escrita por el Maestro Andreas y está ambientada en la Europa del siglo XIII
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