Se acercan las Navidades y puedes pedirle tu papi que te regale uno.
O mejor sal a la calle elige el que te guste y lo cazas.
Lo usarás para jugar con él cuando se te antoje.
Lo puedes maltratar o llevártelo a la cama, igual que hacías con tu peluche de pequeño.
Se lo puedes prestar a tus amigos o lo puedes cambiar por otro juguete cuando te canses de él.
El día que no estés de humor lo guardas en su caja y te olvidas.
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