SESIONES DE AZOTES

"Doy en este relato todos los detalles de mis sesiones de azotes para que todos los muchachos de edades comprendidas entre 18 y 30 años que lo deseen puedan hacerse una idea de sus características y de su alcance.
Aunque también puede ser de interés para personas de más edad, aquéllos con los que yo las hago y a los que invito a unirse para hacerlas realidad con ellos deben estar en este tramo de edad.
Las sesiones son recíprocas normalmente. Tanto los azotes en el culo como las demás actividades se realizan mutuamente, dividiéndose la sesión en dos partes.
En pocas palabras nuestras sesiones se basan fundamentalmente en darnos unas cuantas tandas de duros y numerosos azotes con todo el culo al aire y completamente desnudos hasta ponernos el culo más colorado que un tomate y bien marcado (rol padre severo/hijo rebelde de 18 años) y hacernos el beso negro comiéndonos todo el culo a tope (nalgas, raja y ojete).

En la primera parte de la sesión yo soy el padre y el otro chico es el hijo rebelde de dieciocho años.
- Antes de darle los azotes y durante toda la azotaina le regañaré por su mal comportamiento y le advertiré de su castigo con frases como: "Te voy a poner el culo más colorado que un tomate", "Ya verás cómo te voy a poner el culo", "No te vas a poder sentar en un mes", "Prepara el culo"...
- Antes de esto lo desnudo casi completamente dejándolo sólo en calzoncillos. Después de la regañina me siento en una silla y lo pongo tumbado boca abajo sobre mis rodillas, le bajo los calzoncillos y se los quito completamente y así, con todo el culo al aire y completamente desnudo, empiezo a darle una buena tanda de duros y numerosos azotes.
- Después le sigue otra tanda de duros y numerosos azotes con la zapatilla en la misma posición.
- Otra tanda de duros y numerosos azotes con el cepillo de madera también sobre mis rodillas.
- A continuación le coloco sobre la cama a cuatro patas y con todo el culo en pompa y completamente al aire, exponiendo bien todo el pompi así como pene y testículos, preparando bien así todo el pompi (nalgas, raja y ojete) para recibir a base de bien otra buena tanda de duros y numerosos azotes en esas tres partes del culo con el cinturón.
- Por último y en la misma postura, con todo el culo en pompa y completamente al aire y exponiéndolo bien, le doy otra tanda de duros y numerosos azotes con la vara.
Entre tanda y tanda de azotes le pongo castigado de cara a la pared, le pongo con el culo en pompa sobre la cama y hago el beso negro comiéndole todo el culo a tope (nalgas, raja y ojete), le pongo un termómetro en el culo y le curo el pompi con crema y alcohol.
Al final de la azotaina le pongo un supositorio sin efectos secundarios y le doy besos y abrazos para consolarle.

En la segunda parte de la sesión yo seré el hijo y el muchacho hará el rol de padre y me hará exactamente lo mismo pero todavía con más severidad. Sin compasión. Se me ponga el culo como se me ponga y me veas el culo como me lo vea. Sin cortarse lo más mínimo. Estoy acostumbrado.
Luego nos damos una buena ducha juntos.
Nos tratamos siempre con afecto y respeto a pesar de la dureza de los azotes.
Estamos toda una tarde sin prisas, incluso bastante más y sin límite de tiempo. Así disfrutamos más. A veces el chico se queda a dormir esa noche. Dormimos juntos, desnudos y abrazados, sin sexo, solamente durmiendo y abrazándonos hasta la mañana siguiente.
Así lo hago yo siempre con chicos de esta edad y siempre ha sido una buena experiencia para los dos. Lo hacemos por placer y a pesar de que acabamos con el culo más colorado que un tomate, morado, al rojo vivo, todo lleno de marcas, lo que nos suele durar una buena temporada, sin que quede ni un solo rincón del culo sin ser bien azotado, siempre guardamos un buen recuerdo y este recuerdo de la azotaina nos lo dejamos también bien grabado en el pompi durante bastante tiempo y cada vez que nos sentamos y nos miramos el culo en el espejo nos acordamos de los azotes que nos hemos dado con todo el culo al aire y completamente desnudos.
Cuando tenemos el pompi bien dolorido, ardiendo, con un escozor y picor tremendos y con grandes dificultades para sentarnos y hasta para ponernos los calzoncillos y tenemos que dormir boca abajo y con el culo al aire durante varias semanas, entonces nos damos realmente cuenta del castigo tan severo que hemos recibido merecidamente."


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