"Ninguno de los otros cachorros puede servirme de sustitutivo para prescindir de él o de ti. Aunque alguno me haga disfrutar como un burro durmiendo junto a mi, apretando su culito contra mi rabo, como hace mi joven Ermo... Como te gusta a ti también. Que no soy tonto aunque me hago el despistado cuando me interesa, mi querido Bom. Y ya ves, desde ahora puedes usar al cachorrillo cuando quieras y no limitarte solamente a meterle el dedo por el culo cuando duerme contigo. No te das cuenta que es tan inocente que todo lo cuenta si sabes preguntarle? Además una vez que se prueba ese culito y tú y Aza ya lo habéis catado, no es fácil olvidar el gusto que se siente la penetrarlo y frotar la verga en su interior, apretada por el arillo de un ano tan rosado y húmedo..."
Si pinchas la fotografía o el link de la columna a tu derecha puedes leer el capítulo 49 de esta historia escrita por el Maestro Andreas
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