24/4/12

Historia de Jul / Epílogo

“No te encontré por casualidad en aquel urinario... Una tarde te vi jugar al fútbol con tus amigos y me gustó tu coraje, tu concentración en el juego, tu seriedad para planear las jugadas y tu alegría para celebrar el gol o incluso la derrota al terminar los partidos. Veía tus piernas y lo que se adivinaba bajo el calzón corto y me atrajo tu personalidad. Una tarde te seguí y vi como entrabas en los retretes públicos. Esperé fuera y me pareció que tardabas más de lo necesario para mear solamente, pero no quise ver lo que hacías allí dentro. Y cuando por fin saliste me marché, pero me dije que serías mío. Estuve unos días sin poder ir al parque y la tarde que volví no estabas con tus amigos jugando, ni te encontré rondando los servicios. No le di importancia y regresé al día siguiente pero tampoco te vi. Me extrañó y dejé de ir a ver si volvías, hasta que una tarde no pude aguantar más y me decidí a ir y preguntar por ti a uno de los chicos de tu pandilla. Pero no hizo falta porque tú andabas vigilando la entrada del urinario. Y te cacé. Lo que nunca pude perdonarme fue no haberte llevado conmigo antes de que te violasen aquellos dos hijos de puta, que el infierno los trague. Porque no hacía falta eso para hacerte ver que habías nacido para ser esclavo y para ser mío, además. Ya ves. Antes de que tú me conocieses yo ya me había quedado contigo y sólo aguardaba el momento de ponerte la mano encima y apropiarme de ti y de tu vida”.


 Si pinchas la fotografía o el link de la columna a tu derecha puedes leer el capítulo 51 de esta historia escrita por el Maestro Andreas

No hay comentarios.:

Publicar un comentario