La primera lección termina con una follada salvaje que disfruta el perro.
30/4/12
El Conde Feroz Segunda Parte Capítulo XCVIII
"Esa noche, cuando vio todo solucionado, le entró el cansancio, pero no quiso privarse de la compañía de sus muchachos.
Sólo prescindió de Dino, al que permitió follar con dos imesebelen para cuidar y afinar la voz."
Para leer el Capítulo 98 de la segunda parte de esta saga pincha la imagen.
"El Conde Feroz" es una historia escrita por el Maestro Andreas y está ambientada en la Europa del siglo XIII
29/4/12
Orgasmo anal
Lleno, con todo el brazo del Amo alojado en lo más profundo de sus tripas,
después de horas de paciente trabajo, el ojete se abre al máximo.
Relajado en un nirvana anal, el perro vuela en un intenso orgasmo,
sabiendo que su vida depende de quién lo utiliza, lo abre y lo manipula.
Al Amo le emociona la entrega de su esclavo, el calor del interior
y el temblor producto de placer pasivo que desencadena
cuando su perro libera la leche de los testículos sin empalmarse.
Servir + Sufrir
Estas fotografías forman parte de una serie "Serve+Suffer" del artista BIRON
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28/4/12
Sabrosísimo dildo
Si pinchas la imágen de esta obra de Herodotus podrás acceder a "The Scarlet Avenger vs Doctor Doom"
el relato de Kyle Cícero, cuyo 4to capítulo se acaba de publicar.
27/4/12
El aprendiz 2
Continúa la lección, y el aprendiz se muestra hambriento, pero bastante torpe, al momento de mamar una verga.
Su último orgasmo
"Mi sesión con el escort se dividía en dos partes: una agradable relación convencional seguida por una maligna acción final compatible con el acto sexual.
La mayor parte de la primera hora de nuestro encuentro, me dediqué a la estimulación oral y manual de sus genitales y del área inmediatamente cercana.
Su pene empezó a endurecerse y sus testículos se contrajeron.
Su temperatura aumentó dramáticamente, acompañada de una intensificación del aroma de sus excitados tejidos, la carne, y los órganos internos.
En contra de lo que los aficionados tienden a creer, este aroma varía sustancialmente en fuerza y claridad de un cuerpo a otro, y la fragancia de este escort era de una naturaleza especialmente agradable.
Dado que se había intensificado mi urgencia libidinosa, mi pericia empezó una feliz colaboración con mis menos cerebrales instintos, y aumenté mis servicios introduciendo desahogadamente dos dedos en la cavidad anal y masajeando su próstata.
Mis dientes y mi lengua se unieron en el ataque frontal, con tanta cortesía como firmeza, para estimular sus genitales hasta llevarlos al estado idóneo.
Debo añadir que saber que el orgasmo del escort sería el acontecimiento final de su vida creaba un sentimiento de anticipación y privilegio que hizo crecer extraordinariamente mi placer.
Por decirlo en terminología de los aficionados, estuve chupándole la polla y masturbándolo alternativamente, y haciendo presión en su glándula prostática hasta que pude apreciar los síntomas físicos de la vecindad del orgasmo.
Entonces coloqué su pene entre mis labios y mi boca fue rápidamente anegada con tres expulsiones distintas de esperma.
El buen gusto y volumen de su orgasmo fueron muy satisfactorios e hicieron que brotaran lágrimas de mis ojos.
La fase final y más significativa de la experiencia comenzó entonces.
De acuerdo con el agente del escort, había tomado la decisión de informar al muchacho de cuáles eran mis intenciones una vez que se consumase satisfactoriamente el orgasmo.
El agente del escort estaba convencido de que el muchacho aplaudiría mis actos.
Sin embargo, no me sorprendió ni su espanto ni su reacción encolerizada, ni siquiera porque cogiera a su agente con la guardia baja.
Después de una breve, violenta y finalmente fútil lucha, el escort fue sujetado por su agente.
No sin dificultades, su brazos fueron colocados debajo de su espalda y sus muñecas fueron atadas.
Se encontraba muy angustiado dirigiendo alaridos imprecatorios a su agente e implorándome que recapacitara.
Ya había previsto esta reacción y me resultó excitante, pero la decisión estaba ya tomada y resultaría mejor sedarlo mediante una inyección.
Se relajó inmediatamente y parecía lo suficientemente desorientado como para que fuera imposible que contestara a las preguntas más simples."
Fragmento de "Chaperos" de Dennis Cooper
El Conde Feroz Segunda Parte Capítulo 97
"Al cabalgar de nuevo, Iñigo se fijó en que el mancebo iba un poco ladeado sobre la montura y le preguntó: “Que te pasa?. Tanto te duele el culo que no puedes sentarte derecho? El descanso te lo ha puesto peor”.
Y Guzmán lo miró sonriendo y le respondió: “Ahora me sangra.... El amo se puso ciego y me la metió a saco con una fuerza brutal y me hizo sangre el ojete... Y me escuece y el golpeteo de la silla me molesta. Pero, aunque me he corrido como una zorra, llevo la polla dura otra vez. Me habló de cosas importantes para él y también de las grandezas de antepasados míos, a los que ni conocí ni me preocupan sus hazañas. Pero le excitó mucho pensar que al darme por el culo y correrse dentro, su esperma se mezclaba como esa sangre tan noble y antigua y para lograrlo me rompió el agujero con la envergadura de su verga y el ímpetu de su acometida. Al preñarme su esencia se une a la mía y al no poder fecundarme para crear un hijo en mis entrañas, cada vez que me jode nos convertimos más en uno solo"
Para leer el Capítulo 97 de la segunda parte de esta saga pincha la imagen.
"El Conde Feroz" es una historia escrita por el Maestro Andreas y está ambientada en la Europa del siglo XIII
26/4/12
Carga
Apéndice de un mueble, este esclavo unido al soporte que le permite a su Amo follarlo con comodidad,
siente también un peso en el lomo que le recuerda su condición,
una carga que lo somete como la bota que le pisa la cabeza.
Esa bota extensión de su Dueño digna de adoración.
25/4/12
Juegos inocentes
Algunas tardes, en la intimidad del dungeon para algunos Amos es agradable
disfrutar de sus chicos usándolos en juegos inocentes.
Sentir como se estremecen al hacerle cosquillas,
medirle el calor de sus tripas hundiéndoles algunos dedos por el ojete,
ordeñarlos y bañarlos con agua bien helada para calmarlos,
y esperar la llegada de la noche.
Una noche que seguramente invitará a juegos menos inocentes,
más fuertes, juegos que dejarán marcas.
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