"Sin darle tiempo a pronunciar palabra Jul arrastró fuera de la cama al cachorrillo y lo llevó al cuarto de baño anexo a la habitación. El chiquillo miraba al otro chaval con asombro, pero se dejaba hacer como un niño en manos de su niñera, que ya le preparaba el baño y le decía: “Venga, mea y haz lo que tengas que hacer antes de meternos en la bañera... Supongo que harías tus necesidades delante de otros esclavos, así que no creo que te vaya a dar vergüenza ahora”. “No”, respondió el chaval y se sentó en el retrete para vaciar la tripa y la vejiga.
“De todos modos no te esfuerces que te voy a meter agua por el culo y limpiarás todo los restos que tengas dentro. Para el amo hay que estar impecable, como para lamer todo lo que salga por el ano. Así que date prisa que no podemos tardar mucho o nos calentará el culo a los dos”, le dijo Jul. Y el chico preguntó muy serio: “Castiga mucho el amo?”. “Lo justo”, respondió Jul. Y añadió: “Temes al castigo?. Normalmente nos azota, pero algunas veces puede ser más estricto y duro. Sobre todo conmigo, que es al que más exige, por ahora”, contestó Jul, permitiéndose la vanidad de que el amo fuese más severo con él."
Si pinchas la fotografía o el link de la columna a tu derecha puedes leer el capítulo 39 de esta historia escrita por el Maestro Andreas
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