En la cultura leather existe un tipo de juego de roles conocido como Leather Daddy.
El Daddy puede describirse a partir de dos componentes básicos: gay viejo que está involucrado sexualmente con un hombre más joven y en una relación impregnada de dinámica paternalista, de padre e hijo, y que además se viste con cuero.
Tenemos a un hombre que disfruta de ser un “padre” para su(s) muchachos o leatherboy(s).
El rol del leatherboy es una actitud que se esboza a partir de una negociación, o ya está formateada así porque así es como se da en cuanto ambos se conocen.
Se produce un juego de roles de género que desdibuja el binarismo normativo ofreciendo una multiplicidad de significativas y ampliadas experiencias.
¿Qué es el juego de roles de género?
Por ejemplo, el chico cuando es sometido por su Daddy tiene la posibilidad de explorar su masculinidad a través de la socialmente normativa sumisión femenina en la forma de una redefinición genital.
Este chico ahora puede despojar su género de sexo refiriéndose a su ano como un orificio, o cualquier otro término de género neutral (“un hoyo”, es más popular).
O puede adentrarse en su feminidad y pedirle a su Daddy que lo penetre.
Cuando este chico cambia sus definiciones genitales y lugares con su Daddy, se involucra en un juego de roles.
Ahora está disponible para múltiples roles.
Desde afuera, puede parecer que estas relaciones están relacionadas con una pedofilia metafórica que se manifiesta en las edades del Daddy y su leatherboy.
Podemos tener un Daddy que tenga un “hijo” que juega el rol de un chico de quince cuando en verdad tiene 26.
Para esta escena podemos tener al Leather Daddy interpretando el rol de director de colegio que encuentra a su nene burlándose de la maestra y entonces deberá darle su merecido en la oficina.
Puesta en contexto es fácil ver que estas relaciones no son una metáfora de la pedofilia como lo podría interpretar alguien que mira de afuera, sino un tipo de juego que está mucho más arraigado psicológicamente.
La parte queer de todo esto es la teatralidad cursi que uno podría esperar en este tipo de escenas.
El juego de edades es una actitud que se usa en estas escenas para explorar los deseos sexuales de los participantes.
Podemos tener un leatherboy marica que se identifique como varón pero que en escena se vista con ropas femeninas y resignifique sus genitales como “vulva”.
Es por eso que la comunidad SM es considerada tabú, sea heterosexual o no.
Porque ofrece a los participantes la posibilidad de explorar realmente su sexualidad.
Los participantes pueden sacar al exterior un personaje que siempre tuvieron adentro.
Solo imagínense cómo podrían reaccionar sus padres si se enteraran de que su hijo, aparentemente hetero, era en verdad un mariconcito que ama que lo aten a una cruz para ser penetrado por su Daddy. ¿Les da “cosa”, no?
Ese cosquilleo es la naturaleza eléctrica propia del tabú del cuero y todas las prácticas sexuales que con él se relacionan.
Extracto de la revista alemana Schwulissimo
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