La perrita tiene un ojete muy tragón y experiencia de tomar mucho y grande por culo.
Pero el Garañón, que la ha alquilado a su Dueño, tiene una verga de tal tamaño que es un reto especial.
El tiarrón supera en poder y tamaño a la perra, y empuja sus límites en todas las direcciones.
Como el putito intenta zafarse, el Garañón se le aferra con más fuerza, aplastándolo
y conduciéndole por la casa en varias posiciones, antes de dejarlo generosamente preñado.
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