8/1/15
El placer de ser atado
"Muchos se preguntan en qué reside el placer por ser atado.
Simplificando, el ser atado es un símbolo de la liberación de los compromisos y permite abrirse totalmente a la experiencia que ofrece el Dominante.
Es decir, confiamos y dejamos que nuestro Señor tenga la responsabilidad de nuestro placer sexual."
"Me encanta saber que mi imagen amarrado me hace sentirme deseado.
No lo digo sólo como imagen contemplativa, sino también como imagen ideal.
Que aún atado y sin haber juego (por ejemplo, yo atado y mi Amo mirando televisión) sé que El piensa en mí, que soy una imagen, atractiva y excitante, superior incluso a la televisión y el fútbol (difíciles rivales)."
"Encuentro placer al sentir la sensación de impotencia cuando hago intentos de liberarme.
Siento placer por las sensaciones físicas: presión de las cuerdas, el roce o la abrasión.
Otra gran sensación al estar atado son los orgasmos.
Son muy distintos. Muchísimo más intensos.
Siento incluso desfallecer, y pierdo la noción de todo, de cómo me llamo, de quién soy, de dónde estoy.
Algo me invade por dentro, me domina y me recorre y me hace plenamente suyo, prisionero del placer."
"Atar fuertemente es abrazar.
Las cuerdas se convierten en una extensión de los dedos del atador.
No puedo resistirme al placer que se me proporciona."
Testimonios de sumisos fanáticos del Bondage.
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