2/12/13

El dolor de la cera



 "El grado de calor del goteo de la cera, varía dependiendo de los materiales con los cuales se construye la vela.
La cera de abejas es la más caliente, y es algo que un principiante debe evitar, aunque algunos jugadores experimentados utilizan este tipo de vela.
Puede causar quemaduras de segundo o tercer grado, pues hay a menudo miel entre la cera de abejas que da a las velas un olor agradable y distintivo, pero llega a alcanzar mucha temperatura.
Otros tipos de materiales también hacen que las velas al quemarse estén muy calientes.
Las velas más caras son generalmente las que se queman con un grado más alto de calor, así que un principiante, haría bien en empezar con parafina.
El que la vela sea blanca, roja o amarilla no las diferencia prácticamente nada.
Entre las favoritas para alguien que comienza, están las velas de novena o de Iglesia disponibles en cualquier tienda o supermercado.
Vienen en envases pequeños de metal o con un envoltorio rojo.
La cera está fresca comparada con la mayoría de las otras, y es una buena opción para las primeras veces.
Otra posibilidad son las velas blancas de emergencia vendidas para cuando falta la electricidad. Generalmente también alcanzan una temperatura muy baja. 


Enciende la vela y déjala quemarse algunos momentos.
Esto permitirá que una cantidad de cera se acumule alrededor de la mecha ardiente.
Una vez que veas que se ha quemado un poco, puedes probar la temperatura en la parte interior del brazo o en la muñeca. 
El dolor de la cera es una sensación única. Muy intenso, pero concentrado en un área muy pequeña. Es uno de los juegos favoritos para provocar dolor.
Una vez que conozcas qué clase de vela vas a utilizar (y lo mejor sería elegir un par de ellas, una más fresca para empezar, y cuando se vaya calentando, cambiar a otra fresca), estarás listo para experimentar con tu sumiso.


Muchos sienten que si están atados y con los ojos vendados, durante el juego de la cera, las sensaciones aumentan, al no saber cuándo caerá la gota siguiente y no pudiendo moverse, hace aumentar mucho las sensaciones eróticas. 
Donde comenzar a dejar caer la cera es sobre todo una cuestión de preferencia.
Pero recomendaría, especialmente al principio, comenzar en el vientre o en la parte posterior.
Deja caer algunas gotas y observa cuidadosamente la reacción del sumiso.
Puedes variar el calor de las gotas subiendo o bajando la vela.
Una vez más asegúrate de tener una idea de hasta dónde llega la temperatura dependiendo de la distancia.


Las quemaduras, especialmente en tejidos finos sensibles son peligrosas.
Las áreas más sensibles son los muslos internos, el área del vientre que va hacia las caderas, los pechos, y los órganos genitales.
Comienza en un área menos sensible, dejando caer de vez en cuando una gota en un área más sensible.


Recuerda que si dejas caer unas gotas encima de otras, el calor se quedará adentro y puede causar quemaduras al no enfriarse, ten cuidado con esto.
 Quitar los trocitos de cera fría es casi tan divertido como dejar caer las gotas de cera, pues al tirar de la piel, la sensación es otra vez intensa, y utilizando una pluma o las uñas, e incluso la lengua sobre esta piel sensibilizada es una manera muy atractiva de prolongar la sesión de "encerar".
 La limpieza general de la cera es dolorosa, se puede utilizar una sábana vieja para colocar al sumiso, porque la cera no es lavable, bastará con sacudirla bien después de un rato.
S suelen utilizar guantes o cepillos domésticos, como la manera más fácil de quitar la cera, funcionan bien, y agregan más morbo a la sesión."

Recomendaciones de Oskar Dirlewanger del Club Sumisión


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