Todo perro ha de saber que su desvirgado será doloroso.
Es conveniente enseñar al cachorro desde un primer momento que lo que cuenta es el placer del Amo,
y su ojete está a disposición del Señor .
La recomendación para los Dominadores al momento de desvirgar al cachorro es no ahorrarle dolor.
Con la verga apenas lubricada para ayudar a deslizarse dentro de la tripa virgen y sin otro preámbulo,
los chillidos y estremecimientos del perro suman un plus al placer de perforar un ojete muy estrecho y caliente.
Con el tiempo el esclavo reconocerá que sus lágrimas bien valieron la pena,
y tanto Amo como perro recordarán con gusto el momento mágico
cuando se fundieron semen y sangre, dolor y placer, fundamentos de su unión.
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