Sentados, o mejor dicho insertados, sobre conos de tránsito
estos putos de ojetes flexibles se exhiben a la clientela del burdel que busca pasivos para fisting.
Son muchos los curiosos que pagan solo para ver cuanto gozan y soportan estos putos dentro las tripas.
Cuanto más se asombran y calientan los Machos que los observan más se excitan estas zorras,
hasta correr el riesgo de desgarrarse si no los controla un Master del Burdel.
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