18/6/12

Sumisos y educados

"Me quedé un rato junto a una hilera de cubículos y esperé hasta que un chico bajito pero musculoso se mete en uno de ellos.
Me miró y luego cerró la puerta con pestillo.


Entonces entré en el cubículo de al lado, cerré la puerta, pasé el pestillo y miré a través del glory hole.
El chico se había puesto de rodillas.
Como yo tenía mi bragueta desabrochada, sólo tube que sacar la polla, ya morcillona, e introducirla en el agujero.
El chico también sabía lo que se hacer.
Pensé en lo peligroso que es meter la polla a través de uno de estos agujeros.
¿Y si el chico que está al lado le gusta morder o es un psicópata armado con un cuchillo?
Había llegado el momento de largarse.
Saqué la polla, salí y me lavé en la pila del baño.


Eché un vistazo a la sala de la lluvia dorada y ví a un tío, desnudo, en una de las bañeras y me quedé mirándole.
“Por favor, señor” me suplicó;  entonces le heché un meo sobre su estómago, cara y pecho mientras él se masturba.
“Gracias señor” me dijo, cuando había terminado.
Me gustan los tipos educados."


Fragmento de Bendito sea el ángel azul autor Daniel M. Jaffe

3 comentarios:

  1. Los putos sumisos sabemos reconocer a un macho alfa. Y nos damos por enteros en forma incondicional, cueste lo que cueste. No nos importa ni si quiera si se trata de un sujetodesquiciado que nos puede dañar físicamente o incluso quitar la vida. El faro de nosotros, los homosexuales subalternos, es la masculinidad. Cuando la detectamos, nos sometemos. Por mi parte, mi ética de homosexual subalterno consiste en ofrecer sumisión completa a cada uno de los hombres heterosexuales que encuentro día a día. Ellos siempre tienen la razón. Me banco todas las humillaciones porque sé, con certeza, que soy inferior a ellos. La única salvación de la homosexualidad es ofrecer servidumbre a un hetero que nos redima. Actualmente sirvo a un macho alfa casado muy jovencito, al que le limpio la casa y le sirvo como asistente gratuitamente. Tengo el honor de verlo desnudo cuando mMe castiga con látigo. Lo hace sistemáticamente todos y cada uno de los días. Su pene se erecta mientras me castiga. Luego, se retira y tiene sexo con su mujer. Nunca me tocó un pelo. Pero yo tengo mil orgasmos y agradezco a dios haberlo conocido.

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