"Le introdujo un dedo y hurgó un poco dentro y sin sacárselo le bajó los calzoncillos con la otra mano.
El chico no se movía atento a los tocamientos de su amo y éste le besó las nalgas y con la lengua se fue adentrando hasta llegar donde ya esperaba su dedo.
Dani sentía el gusto húmedo de las caricias y notó como la lengua de su amo sustituía al otro intruso, metiendo la punta con ansia para penetrar más a fondo que el anterior ocupante del ano del chico.
Y José dijo: “Esto ya está a punto”.
Si pinchas la imágen puedes entrar a leer el capítulo 14 de esta historia del Maestro Andreas
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