La gruesa verga del Señor es un puñal dolorosísimo que desarma la resistencia del sumiso exigiéndole sufrimiento y entrega.
Pero una vez que se acomoda en lo más profundo de su cuerpo, a partir del momento de sentirse un guante de ajuste perfecto, lo funde en una masa que se adhiere al Amo alcanzando el cenit de gozar de ser su goce.
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