Su Macho, que lo esclaviza y lo usa para divertirse cuando se le antoja, se mantiene sin embargo rutinario llenándole el culo de leche solo una vez al mes.
Y esa única vez siempre coincide con cualquiera de las noches de Viernes.
Por lo tanto esta es una de esas ocasiones para que la perra se beneficie con un suculenta preñada.
Cree que su Macho está lo suficientemente caliente cuando le escupe el ano, mientras que el puto no puede controlar los labios del ojete aflojándose y palpitando para dejar paso libre a quien quiera perforarlo.
No somos egoístas y auspiciamos que esta noche, ya a mitad del mes, se cumpla su deseo.
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