Varios habitués esperan la salida de su stripper favorito para babearse contemplando su físico cuidado y tener la oportunidad de acercársele y manosear por un momento su cuerpo. Pero esta noche el chico, habitualmente frío, se muestra encendido, hambriento de vergas.
¿Será la presencia de un tipo robusto que nadie recuerda haber visto por el local?
Se huele testosterona en el ambiente, tanta como para anunciar que una tormenta de sexo pronta a desencadenarse.
que buen trabajo
ResponderBorrar