"Cuando un verdadero Macho utiliza mi cuerpo para saciar su lujuria, buscando placer intenso, sé que se trata de un partido de follada violenta.
Ese Macho no busca amor suave y tranquilo. Tengo que aflojar las piernas ofrecer mi culo expuesto y dispuesto a sufrir el dolor de la penetración que más que penetración es empalamiento.
Él agita sus caderas y golpea con su pubis contra mi culo para que sienta aún más profundamente la invasión de la verga.
Me golpea el cuerpo dejándome marcas mientras se mezclaran nuestros sudores.
Mis gritos de dolor lo encienden, los pelos de su cuerpo brillan, mientras me machaca el ano.
Su pre-cum y el sudor de mi culo le permite cogerme cada vez más rápido y fuerte haciéndome aullar de dolor.
Me entrego en cuerpo y alma para que pueda masturbar su polla dentro de mí, haciéndome cabalgar sobre olas de dolor y placer.
Toda la habitación apesta con el olor del sexo de hombre a hombre, olores fuertes de axilas masculinas y sudor de entrepiernas, pura testosterona.
Mordiendo su mojado jock-strap, impregnado con el perfume de sus bolas y con vellos rizados atrapados en la tela, silencio mis quejidos.
El dolor es abrumador cuando abre sin preambulos mis esfínteres.
Más allá de los límites de mi resistencia, sufro viendo el placer en su rostro, engullo su verga y le ruego: Fóllame! Fóllame por favor!
Puedo sentir su emoción cuando aumenta el ritmo de la follada y empuja duro y profundo, áspero y brutal, y me doy cuenta de que se está acercando rápidamente a ese punto de no retorno, y que pronto voy a sentir la leche caliente y espesa en la profundidad de mis tripas.
En ese momento, todo lo que quiero es sentir su carga masiva muy dentro de mí y lamer el sudor de su cuerpo."
Relato de nuestro lector teking
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