Según la tradición carcelaria, se distinguen entre los reclusos tres grandes grupos típicos:
Bujarrones; machos activos con prestigio entre los demás, su virilidad se refuerza sometiendo y humillando a otros tipos.
Siempre asuemen un rol activo, no son putos. Su homosexualidad se explica en el reajuste situacional que supone la tensión sexual de la vida presidiaria.
Para seguir siendo considerados como "duros", es requisito indispensable no sentir ningún tipo de afecto hacia los tipos a los que victimiza, así como presentar absoluta indiferencia hacia las emociones de estos.
Nenes: tipos de orientación heterosexual que se ven forzados a tomar el rol de putas de otros presos que los presionan y someten.
Se los destina a ejercer la prostitución en las celdas a cambio de protección y bienes materiales.
Son putos solo con valor para ser usados, vendieron su masculinidad por temor o debilidad.
Madrazas: ya eran putos y maricones antes de entrar en prisión.
Despreciados y burlados, pueden ser deseados si son jovenes con buen cuerpo.
Vean el uso que hacen de un "nene" 4 Bujarrones
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