La lascivia es la propensión a los deleites carnales, deseo sexual o lujuria sin control,
la imposibilidad de controlar la libido, una obsesión.
El joven monje que mira a sus prójimos de manera morbosa, con desvergüenza e intenciones sexuales,
ha caído en manos del Demonio de la lascivia.
Su superior, viejo sabio, condena la lascivia como a todas las conductas indebidas y pecaminosas.
No puede permitirle a los monjes caer en la tentación de tener comportamientos lascivos,
que controlen sus mentes y los transformen en seres débiles y enfermizos.
Es preciso aplicar mortificaciones a esos jóvenes, para evitarles los deseos corruptos.
El demonio busca de instalarse en los rincones calientes y oscuros del cuerpo, el sabio los hurgará hasta encontrarlo,
y lo terminará expulsando junto con la leche impura, fruto de la lascivia.
la imposibilidad de controlar la libido, una obsesión.
El joven monje que mira a sus prójimos de manera morbosa, con desvergüenza e intenciones sexuales,
ha caído en manos del Demonio de la lascivia.
Su superior, viejo sabio, condena la lascivia como a todas las conductas indebidas y pecaminosas.
No puede permitirle a los monjes caer en la tentación de tener comportamientos lascivos,
que controlen sus mentes y los transformen en seres débiles y enfermizos.
Es preciso aplicar mortificaciones a esos jóvenes, para evitarles los deseos corruptos.
El demonio busca de instalarse en los rincones calientes y oscuros del cuerpo, el sabio los hurgará hasta encontrarlo,
y lo terminará expulsando junto con la leche impura, fruto de la lascivia.
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