Todo perro ha de saber que no hay bebida más embriagante que el meo del Amo.
Todo perro ha de saber que no siempre tendrá el privilegio de beberlo,
y que cuando eso suceda porque su Señor lo quiere,
deberá agradecerle a Él por su generosidad, y al destino por ser un esclavo tan afortunado.
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