19/9/12

Soldado / La Luna


"Dani no podría describir que era más fuerte si el dolor de su carne quemada o el duro roce del recio cipote del amo dentro de su recto, rascando continuamente el esfínter desollado y en carne viva del chaval.
Su cuerpo era un escalofrío indefinido que no cesaba de electrizar su médula espinal dejándolo sin resuello y ahogándole de puro dolor sus gritos en la garganta.
 El amo seguía jodiendo al esclavo como un toro encelado que enviste ciego buscando herir la osada figura que le provoca.
Y el crío, aún en su martirio, estaba excitado y su pene segregaba precum goteando sin parar sobre el terrazo.
Raúl miraba la cara del José con los ojos desorbitados y se asustaba al verla con el gesto duro y los ojos encendidos de lascivia y ansia por lastimar y hacer padecer a Dani, como si el creciente aguijonazo de dolor del esclavo le sirviese al amo para incrementar el éxtasis y la intensidad de su orgasmo."


Si pinchas la imagen puedes entrar a leer el capítulo 41 de esta historia del Maestro Andreas

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