Solo con su boca el perro lame, masca, devora, mama y juega con la verga de su Amo.
como los perros hacen con sus huesos royéndolos a la espera que de ellos brote el alimento gozoso.
Con paciencia y con ternura, el Amo permite a su perro el juego,
comparte con su animal el momento, y se hace el distraído cuando nota
que el muy puto se rasca disimuladamente el ojete.
Seguramente este juego es el prólogo de un gran polvo.
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