Si tienes dos putos perros ansiosos por ofrecerte el culo para que lo deshagas a puñazos,
no lo dudes ni dejes que esperen los pobrecitos.
Engrasales el ojete a los dos al mismo tiempo, que para eso tienes dos manos.
Un poco de juego de dedos y hala, adentro las dos manos a hurgar esas tripas calientes.
Búscales la próstata para que se les licue el pito de gusto,
y dos voces con distinto tono te cantaran al unisono la canción del orgasmo anal más placentero.
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