21/1/16

Querido celador


Mi querido Celador de la tradicional St Peter´s Scholl
Dificilmente leerás esta carta, ya que no sé donde hacértela llegar.
Pero quisiera que sepas que no puedo olvidarte.
Has marcado mi memoria, como marcabas mi culo con tus castigos sanguinarios.
Frecuentemente por las noches despierto temblando como temblaba cuando me llamabas a tu despacho privado, a veces solo, a veces con mi mejor compañero.
Es entonces que revivo tu dura mirada, tus manos enormes y pesadas, y la vara, y la famosa spanking paddle que sabía mancharse con sangre, y que nos obligabas a lamer y besar dando gracias por el castigo.
Pasaron muchos años, si vives serás un anciano apacible retirado en algún pueblo del interior de Inglaterra. 
Yo por mi parte ya soy un hombre serio y formal, tal como se pretende para quien recibió una educación tan estricta.
Pero que para poder retomar el sueño en paz, necesito acariciarme la verga recordando cada detalle de nuestros encuentros, desde que ordenabas que nos bajáramos pantalones y calzoncillos, hasta la culminación con llantos, dolor, humillación y una terrible calentura que solo se calmaba con pajas.
Pajas que me sigo haciendo en tu honor querido Celador, en las noches que te recuerdo.
Aníbal


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