Propietario de un putito muy atractivo y bien entrenado para servir a los Machos,
un Chulo lo alquila por buen precio a una clientela de entendedores,
y acostumbra a acompañarlo en las primeras citas para demostrar sus capacidades.
El Chulo conoce bien el negocio por la experiencia adquirida en sus muchos años de prostituto.
Y si algún Macho le pide el culo, recordando el gusto que le dieron todos los que lo cogieron,
por un plus de tarifa no se niega a los placeres.
...
Y todos contentos.
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