10/3/14
19 Cleveland St London
"Corría el mes de julio de 1889, en Inglaterra aun reinaba la incombustible reina Victoria, cuando un día por casualidad la policía detuvo a un joven mensajero con quince chelines en su bolsillo.
Era toda una fortuna en aquella época. La policía sospechó que era fruto de un robo y empezó el interrogatorio.
El joven no tardó en cantar. Admitió que cobró por tener relaciones sexuales con dos caballeros y suministró a la policía los nombres de otros dos chicos que ganaban dinero trabajando como prostitutos para un hombre llamado Charles Hammond.
Éste tenía un burdel masculino en la calle Cleveland n° 19.
En la Inglaterra victoriana de fin de siglo la prostitución y la homosexualidad estaban penadas y perseguidas implacablemente.
La investigación se encargó a Frederick Abbertline, famoso por haber resuelto el caso de Jack el destripador.
Se detuvo a varios jóvenes prostitutos pero no delataron a los clientes.
Pero la investigación pronto levanto un monumental escándalo, al descubrirse la asistencia al burdel de destacados miembros de la nobleza, el Parlamento e incluso del propio entorno del Príncipe de Gales, futuro Eduardo VII.
Por presiones de éste y del gobierno la prensa apenas se hizo eco de la historia, pero los debates en el Parlamento Inglés fueron acalorados y la oposición acusó al Premier de ocultar el escándalo.
Uno de los asiduos al burdel el segundo hijo del futuro Eduardo VII: El Príncipe Alberto, Duque de Clarence.
Aun hoy los sectores mas conservadores lo niegan fervorosamente a pesar de conocerse la relación del príncipe con el burdel y el perjurio cometido por su abogado para defenderle.
Algunos autores has argumentado que detrás de la figura de este bello príncipe se encontraba en realidad el mismísimo Jack el destripador.
También estuvo involucrado Lord Arthur Somerset, palafranero del futuro rey, quien pudo huir al extranjero junto al dueño del burdel Charles Hammond.
Finalmente la prensa se hizo eco, dándole un matiz populista y homofobo. Reforzando las actitudes negativas hacia la homosexualidad masculina, considerandola como un vicio aristocrático, presentando a los jóvenes de telégrafos como corrompidos por miembros de las clases superiores. En este clima se inició la persecución contra Oscar Wilde, años mas tarde."
L'ARMARI OBERT
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