Han sido unos meses de mucho trabajo para mi putita y de abundante dinero para mi bolsillo.
Su culito joven, su resistencia y la novedad que en el mercado árabe significó nuestra entrada esta temporada, hizo que las solicitudes llovieran y no hubo días en que atendiera menos de tres clientes, y algunos con topes de hasta nueve.
Se merecía unas vacaciones y para darle descanso alquilamos una residencia y en ella nos internamos.
La dos primeras semanas no permití que me reclamara que lo coja.
Pero estos últimos días, antes de que nos instalemos para trabajar nuevamente, le he dado permiso para acceder a mi verga sabiendo que para él atenderme es un premio.
Eso sí, le exijo moderación.
Lo que es difícil y escaso de conseguir es lo que tiene más valor.
Si sabré yo de negocios!
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