No tarda en encontrar a otro excursionista que lo espera con el culo levantado a la entrada de su tienda, listo y acomodado para lo que sea.
La perra precisa que un dedo ensalivado le acaricie el ojete y un cacharro culeador babeado de precum para chupar.
El Alfa no tarda en empotrarlo contra un árbol para suministrarle el remedio que necesita, una buena descarga de leche.
Pero parece que la dosis no ha sido suficiente para la perra, porque ni bien se queda solo, el putaso retoma la aplicación para ofrecer su culo recién cogido elevando las ancas desnudas a la entrada de su campamento.
¡Qué cerdo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario