12/6/24

¡Qué Bienvenida!



Soy un chico recién llegado a la ciudad; nuevo en el barrio, nuevo en el edificio de departamentos. Temeroso del recibimiento que me diera este nuevo ambiente. 
Por suerte ya el primer día coincidí en el elevador con unos vecinos que se mostraron muy cordiales conmigo, ofreciéndose a ser útiles si necesitaba algo y no sabía donde obtenerlo. 
Esa misma noche me visitaron para ayudarme a instalarme y como se acaloraron corriendo algunos muebles no dudaron en aligerarse de ropa.
¡Qué machos! ¡Qué miradas me dedicaron cuando yo también los acompañé en desvestirme! 
Uno de ellos resultó ser un intelectual y el otro un atleta conocido (no comentan el mismo error que yo cometí: quien usa lentes no es el intelectual).
Enseguida comprendieron lo que yo necesitaba y donde podía conseguirlo.
¡Qué bienvenida me han dado!
Espero que se repita y que también me presenten a sus amigos.

 

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