Mi Padrino ha sido y sigue siendo mi guía.
¡Qué sería de mí sin mi Padrino!
Él me ha educado y me ha entrenado para tener un cuerpo armonioso; como el suyo que siempre admiré y codicié.
Él descubrió los placeres que puedo obtener y otorgar a quienes sepan encender mis deseos.
Por eso cada vez que puedo los Domingos anulo todos los compromisos para llegarme a su casa, necesito que me llene como nadie puede hacerlo mejor.
No voy allí solo por gratitud, Él es el Macho, el primero, el más generoso, al que todo le debo y el que cuando me entierra su verga explota al máximo mi goce de puta.
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