Diariamente con la puntualidad del cambio de guardia, el recluso es revisado.
El joven delincuente es tan puta que se las ingenia para para cometer infracciones que termina pagando con su culito.
Tanto él como su Celador nocturno, encuentran la paz después de vaciar los cojones.
Y ha esperar al día siguiente, el nuevo cambio de guardia con su juego del abuso que tanto satisface a los dos.
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